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Entrevista a Juan Pedro Nonay Quesada, psicólogo del AD Colmenar Viejo

¿Qué relación tienes con la Psicología del Deporte? En la actualidad, ¿a qué te dedicas?

En la actualidad formo parte de la AD Colmenar Viejo, por un lado trabajando como segundo entrenador del Juvenil A (un grupo humano y futbolístico espectacular) y aparte realizando labores concretas como psicólogo deportivo dentro del club.

¿Cuál es tu formación?, ¿qué camino recomendarías a las personas interesadas en la psicología deportiva?

Soy Licenciado en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, formación que posteriormente he ido complementando, por ejemplo con el Curso Online de Psicología y Entrenamiento Mental en Fútbol de la UPAD,  y otros programas relacionados con metodología en fútbol, Coaching… un poco de todo. Respecto a la segunda pregunta, creo que no soy nadie para recomendar ningún camino o itinerario, pero por mi experiencia la Licenciatura me parece fundamental para alguien que quiera desenvolverse en este ámbito como psicólogo por la cantidad de campos que toca y que posteriormente nos encontraremos. Y a partir de ahí, cuanta más formación mejor, y como siempre en la vida no estancarse ni pensar que uno sabe todo.

¿Qué aspectos crees que se deberían trabajar más con un deportista?

No creo que haya una “receta mágica” sino que dependiendo del caso al que nos refiramos, el propio contexto nos pide trabajar más unos aspectos u otros, influyendo desde la edad del deportista hasta si se trata de un jugador profesional o amateur, en formación o no, etc…creo que incluso dependiendo de la posición –en los deportes colectivos –  nos encontraremos ante la necesidad de trabajar más en una dirección u otra, por no mencionar las diferencias obvias entre si nuestra actuación va encaminada hacia una persona concreta o a un equipo.

En líneas generales, te diría que en lo que respecta al fútbol base creo que lo ideal –para mi- sería una apropiada formación en conceptos como el compañerismo o la deportividad de manera simultánea a la técnico-táctica, mientras que a medida que va avanzando la edad sería más apropiado ir trabajando otros aspectos como la cohesión, máxime en un deporte colectivo como es el fútbol, que es mi caso.  Si nos referimos al fútbol de seniors trabajar bien aspectos como la motivación o el entrenamiento visual me parece que, ciertamente, suponen una ventaja frente a quien no los trabaja. Y cualquier ventaja en un contexto competitivo puede ser determinante.

¿Qué ventajas e inconvenientes has visto a lo largo de tu carrera como profesional?

Mi carrera es muy corta aun pero en lo personal te diría que vivir el fútbol por dentro, de manera distinta a como lo haces de espectador,  es una experiencia espectacular.  Yo he aprendido a apreciar las victorias infinitamente más a como lo hacía antes: ves todo el esfuerzo de los jugadores, el frío entrenando a deshoras, los golpes que se llevan… recompensado. Y un único inconveniente, te exige muchísimo tiempo, y cuando tienes que compaginarlo con otro trabajo y por supuesto con tu vida personal a veces tienes que hacer piruetas, y aún haciéndolas, sientes que le debes tiempo a tu círculo más íntimo.  Les debes “tiempo sin prisas”.

En lo profesional, la AD Colmenar ha sido mi bautismo y yo no puedo más que hablar bien de cómo he sido recibido, desde la gente del primer equipo hasta los utilleros (Hamsa y Moha) que siempre me consiguen un abrigo para el frío, pasando por el resto de entrenadores del club, Adela y Julio que llevan el bar, padres de jugadores, dirección deportiva…todos me han hecho sentirme ocupar mi sitio. Ni más del que me corresponde ni menos. Por ejemplo, empecé a colaborar con nuestro Femenino Senior a mitad de temporada, y tanto su cuerpo técnico como todas y cada una de sus jugadoras me aceptaron a la perfección pese a que solamente conocía a una minoría de ellas, y solo de cruzarnos por las entrañas del estadio. Eso ya, de entrada, es una alegría.

Tengo mucho que agradecer, especialmente a Miguel Ángel Expósito que es el gran responsable de que yo esté aquí y de quien aprendo con cada conversación que tenemos, y a Fernando García, con quien comparto muchísimo tiempo y siempre siento que es bien invertido.  Y por supuesto a todos y cada uno de los jugadores de nuestro Juvenil A.  Para mi es un lujo verlos crecer como futbolistas y como personas a cada segundo. Son unos genios, del 1 al 26.

Háblame del panorama actual de la psicología del deporte.

Buff, complejo el tema.  En otras disciplinas no lo se pero en lo que se refiere al fútbol, en mi opinión tenemos que diferenciar dos conceptos para hablar de ello con franqueza : una cosa es la psicología deportiva como campo de conocimiento y otra el profesional que la realiza.

Creo que el panorama actual de la psicología del deporte es muy positivo pero no así el del psicólogo deportivo, por más contradictorio que parezca.  A lo que me refiero es que sí se acepta la psicología como una parte importante en el rendimiento del deportista o como una serie de variables importantes en el deporte, pero no se percibe necesidad alguna del psicólogo en la mayoría de casos, por lo que es un cargo que muchos consideran no ya prescindible, sino casi exótico. Por ejemplo, siempre que se habla de las características de los grandes entrenadores de fútbol de la actualidad, de los Mourinho, Guardiola, Klopp, Simeone…se alude en gran medida a variables psicológicas del tipo “Es un gran motivador” “Es un gran gestor de egos” “Consigue poner el talento individual al servicio del equipo”. Todo eso son variables psicológicas que saben trabajar, en unos casos con la ayuda de psicólogos, en otros no, pero ahí estamos hablando de psicología. Y sin embargo, puedes asistir a un seminario, o a cualquier evento sobre fútbol y no se menciona ni de pasada la psicología como tal, incluso – y esto lo he vivido yo de primera mano-  se obvia porque el ponente, en sus propias palabras, tuvo mala relación con el psicólogo de un club.

También hay que atender a otra circunstancia actual. El fútbol no escapa al panorama de crisis económica. La gente oye “fútbol” y piensa en contratos millonarios, piensa en Messi o Cristiano…pero eso es la cúspide de la cúspide. En el fútbol real, hablando en plata, no hay un duro. Por un lado, los clubes tienen que medir cada gasto y por otro lado la gente evidentemente no puede trabajar solo por amor al arte. Imagino que cuando todo mejore, y sin duda lo hará, nuestro panorama también mejorará.

¿Dónde ves nuestro principal campo de actuación? ¿En el deporte profesional? ¿En el deporte de iniciación? ¿Cuáles crees que puedan ser sus necesidades?

Creo que la respuesta es tan difusa como concreta: donde los clubes y federaciones vayan percibiendo que es una figura útil para sus objetivos.  Como un fisioterapeuta, como un preparador físico, como un endocrino. Un punto de apoyo más para la labor que se hace en un club o una escuela deportiva.

Creo que muy poco a poco se va consiguiendo establecer la figura del psicólogo deportivo a todos los niveles, y en todos será importante. No me parece menos importante que a un niño de alevín “le salga de dentro” dar la mano a un rival cuando le ha podido hacer daño con una patada, a que un profesional con varios contratos de publicidad sepa manejar su nivel de activación a la hora de lanzar un penalti que supone un título. En ambos casos nuestro papel puede ayudar a hacer mejores tanto al deporte como al deportista. Pero insisto en lo de antes,  psicólogo debe “tener cintura” y capacidad de lectura de la situación para saber adaptarse a lo que el equipo o el deportista necesita en cada momento porque no hay fórmulas mágicas en esto. Yo puedo ayudar al entrenador a preparar un discurso motivacional de película, técnicamente perfecto, pero si el equipo no atiende, tengo al portero atenazado por el miedo a fallar, y mi lateral derecho no se pasa la pelota con el extremo, por ejemplo, muy probablemente no servirá de nada.

¿Qué opinas de que exista la UPAD Psicología y Coaching? ¿Qué aspectos fundamentales crees que debería tener una empresa de psicología del deporte?

Me parece que la UPAD ha supuesto un chorro de aire fresco a la psicología del deporte, sinceramente. Sois un equipo que no vende imagen, sino trabajo y una imagen real de nuestro oficio. Y además dándole notoriedad, que no es nada frívolo sino más bien necesario. La clave de todo, para mi, es la aplicación. De nada sirve una ciencia que solo se utilice para rellenar libros en estanterías si el conocimiento que genera no se aplica. La teoría y la investigación que la genera son la base, pero la aplicación es fundamental. Y hacer visible su utilidad, también.

Y al hilo de esto, honestamente, lo que más me gusta de la UPAD es que proyecta deporte y psicología al 50 %. Para mí, los psicólogos del deporte estamos cometiendo un error y es intentar llegar a la gente desde la psicología, y no desde el deporte. Yo siempre digo eso: leo a muchos psicólogos del deporte, y casi siempre escriben sobre psicología, no sobre deporte.  Y si tenemos un “público” ahí esperándonos, que sabemos de su interés por el fútbol, o el baloncesto, o el tenis… pues igual estamos cometiendo un error si les hablamos centrándonos en el Arousal, el experimento de Milgram, o tipologías de liderazgo,  etc…en lugar de cosas sobre las que generalmente les gusta hablar tomando un café. Hace poco compartí un programa de radio (La Cena del Mister) con Rosa Coba y se lo dije a ella directamente, siempre es un placer leerla porque habla de deporte desde la psicología, y no al revés. Creo que así sí se puede conectar mejor con la gente del deporte.

¿Cómo crees que podría  mejorar esa “conexión” de la psicología con el mundo del deporte?

Yo no soy nadie para andar dando consejos de qué o cómo hacerlo, cada uno tiene que mirar sus posibilidades y actuar. Nosotros en el Colmenar, por ejemplo, estamos desarrollando una serie de iniciativas hacia padres del fútbol base y os aseguro que es tremendamente gratificante ver cómo son acogidas. Si les convocas a una reunión, igual no van todos, pero sí van. Sacamos “Número 12”, una sección enfocada a ellos en la web, y en la primera semana teníamos tres correos con varios temas.

Mira, no conozco aún a nadie que le guste un deporte y no le guste hablar de él. Puede existir, pero yo no lo conozco. Y yo creo que a cualquiera que se quiera dedicar a esto o intentarlo, lo primero, ya sea como entrenador, como psicólogo o como lo que sea, es que le apasione el deporte en que vaya a trabajar. Para mi desde luego es un placer hablar con ellos tanto del equipo de sus hijos como de la reconstrucción a nivel competitivo que hicieron José Mourinho en el Madrid o Simeone en el Atlético, o de la temporada de nuestro equipo de Tercera División.

Los psicólogos del deporte tenemos la suerte de que tenemos algo que ofrecer, que resulta de ayuda, que es positivo tanto para el deportista, como para el deporte como para la sociedad y que nos encanta lo mismo que a quien debemos dirigir nuestro mensaje, con lo cual ya tenemos hasta el punto de partida para una conversación.

No me parece poca suerte.

Juan Pedro Nonay

@juampex

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