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No hay dolor

Antes o después, todos los deportistas pasan por la experiencia de sufrir una lesión. Es parte inevitable de la vida del deportista. Para prevenirlas, es importante una adecuada preparación física y, para la rehabilitación, es socorrido el uso de la fisioterapia y la readaptación.

Pero, además, nuestros pensamientos y emociones resultan clave alrededor de nuestras lesiones. Por ello, es importante un adecuado trabajo psicológico y entrenamiento mental para minimizar las probabilidades y los plazos de lesión.

Prevención: Anderson y Williams sitúan el estrés como uno de los principales factores de riesgo en la lesión. Se entiende que, ante una situación potencialmente estresante (una final, un debut, presiones externas, etc.) se puede generar una respuesta de estrés, que afectará a nuestro desempeño elevando nuestro tono muscular y estrechando nuestro marco atencional, lo que aumentará las probabilidades de sufrir una lesión.

Existen tres grandes factores mediadores en esta relación:

  • La personalidad del individuo
  • Su historia de estrés
  • Sus recursos de afrontamiento

En todos ellos se puede influir a través de un adecuado entrenamiento mental centrado en desarrollar aspectos como la dureza mental o resiliencia, el sentimiento de control, la percepción del desafío, la orientación al futuro… Este es solo uno de los muchos mecanismos psicológicos que pueden conllevar riesgo de lesión.

Rehabilitación: Una vez producida la lesión, los principales problemas son la adhesión al tratamiento y la ansiedad a la hora de volver a practicar el deporte. Podemos acortar los plazos reduciendo los nervios con técnicas de control de la ansiedad o de inteligencia emocional, o aumentar la motivación con establecimiento de objetivos.

Al final, todo redundará en una más rápida y eficiente vuelta a la normalidad, lo que será beneficioso para el jugador, el equipo y la entidad.

La preparación mental es importante para todos los aspectos de la práctica deportiva.

Concretamente, en lesiones, tiene un peso reconocible, ya que muchas veces no hay razones médicas para que se mantengan o produzcan ciertas lesiones. Por ello, al final puede que sí que haya que hacer apología de la mente sobre el cuerpo y llevar a cabo un sistematizado entrenamiento psicológico complementario al físico, técnico y táctico.

Jaime Marcos

@Jaimemarcosred

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