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Importancia de la gestión de emociones en el deporte

Una de las habilidades fundamentales a trabajar con los deportistas de base a través de la Psicología deportiva es la gestión de las emociones. Una de las estrategias que podemos utilizar para «entrenar» dicha competencia podría ser la siguiente.

En primer lugar debemos explicar qué son las emociones, qué tipos existen y cuál es su función. En segundo lugar, realizar una dinámica (dividiendo al grupo en dos equipos) que tenga como objetivo favorecer intencionadamente a uno de los subgrupos creando un ambiente desagradable para el otro. El tercer paso, una vez hayamos vivenciado el ejercicio, podemos cerrar la sesión con una reflexión acerca de la importancia que tiene el manejo de las emociones durante los partidos y entrenamientos, comentando qué sensaciones han tenido durante el ejercicio. A continuación detallamos la dinámica de trabajo que llevamos a cabo durante la temporada con un equipo juvenil femenino.

¿Qué son las emociones?

Antes de comentar en profundidad cuál fue el trabajo que realizaron las chicas es importante comentar, al igual que se hizo con ellas, cuáles son las emociones básicas y qué función tienen.

Las emociones son procesos psicológicos que se presentan ante estímulos internos o externos y que nos permiten responder y adaptarnos a una situación determinada (Alonso García, 2016). Existen seis emociones básicas cuya combinación creará las emociones secundarias o complejas.

  1. Alegría:
    • Aparece ante situaciones agradables.
    • Nos permite repetir una conducta o generar vínculos con otras personas.
  2. Tristeza:
    • Surge ante pérdidas o acontecimientos desagradables.
    • Nos ayuda a reflexionar y analizar una situación.
  3. Enfado:
    • Se da cuando sentimos que nuestros derechos han sido vulnerados.
    • Su función es la autodefensa y la protección.
  4. Miedo:
    • Aparece ante situaciones percibidas como amenazantes.
    • Nos posibilita huir y protegernos.
  5. Asco:
    • Surge ante estímulos aversivos internos y externos.
    • Su función es alejarnos de ellos.
  6. Sorpresa:
    • Se da ante situaciones novedosas generando alarma.
    • Nos permite explorar y orientarnos hacia donde está el estímulo.

¿En qué consistía la dinámica?

Para observar cómo manejaban las jugadoras sus emociones se realizó un ejercicio que consistía en jugar un partido amistoso entre ellas al final del entrenamiento.

En primer lugar, se separó a las chicas en dos grupos intentando tener el mismo número de personas en cada uno. El primer grupo lo formaban aquellas jugadoras que o bien manejan bien sus emociones o bien tienen mayor dominio sobre ellas; el segundo grupo estaba constituido por las jugadoras que tienen peor control sobre las emociones. En segundo lugar, al grupo 1 (formado por aquellas jugadoras que tienen una mejor gestión) se les dio la instrucción de jugar lo que peor pudieran, que hicieran las faltas que quisieran, así como coger el balón con las manos, etc. Además, uno de los entrenadores fue designado como árbitro y se le dijo que tenía que beneficiar en todo momento al grupo 1 y no permitirle nada al grupo 2 (formado por las jugadoras que peor gestionan), también, a este último grupo, se le dijo que tenía que jugar lo mejor que pudieran (no sabían las instrucciones dadas al grupo 1). La dinámica tenía dos objetivos:

  • Crear un escenario desfavorable para uno de los equipos y observar cómo reaccionaban y se manejaban en él.
  • Generar herramientas (en un ambiente de entrenamiento) que puedan usar durante una situación similar.

Para terminar la sesión, se realizó una conclusión destinada a que las jugadoras comentaran cómo se habían sentido, que creían que se había intentado hacer con ese ejercicio, qué habían aprendido, cómo iban a introducir lo aprendido en esa dinámica en futuras situaciones, si creían que los grupos habían sido formados al azar y por qué y qué importancia tiene el control de lo que sentimos en el deporte.

¿Cómo de importante es aprender a gestionar las emociones en el deporte?

Aprender a manejar cómo nos sentimos nos ayuda, no sólo ante situaciones nuevas, sino también ante aquellas a las que estamos acostumbrados. Su aprendizaje es indispensable en ambientes cotidianos y seguros para que, cuando los acontecimientos cambien y nos enfrentemos a aquellos novedosos y amenazantes, seamos capaces de utilizar las herramientas que hemos ido adquiriendo y perfeccionando con el tiempo.

Las emociones son procesos que aparecen de forma involuntaria y desaparecen tras unos minutos, no obstante, requieren de un momento de atención, análisis y control. No permitir su expresión o permitir en exceso su manifestación son situaciones igual de problemáticas ya que no enfrentarse y rechazar una emoción cuando aparece impide que la función de la misma se realice y que vuelva a aparecer generandonos malestar y frustración puesto que pensamos que no somos capaces de controlarlas y que son estables.

Ahora bien, ¿qué importancia tendrá este proceso en el deporte?

  • En el deporte, sobre todo en aquellos que se juega en equipo, nuestra actuación afectará en mayor o menor medida a nuestros compañeros/as y por ello, cómo reaccionemos ante un árbitro o ante un rival, afectarán al rumbo del partido.
  • La reacción que tengamos en un partido también influirá en nuestra propia actuación como jugador ya que una mala gestión del enfado, por ejemplo, puede hacer que nos saquen una tarjeta roja o nos expulsen de un partido.
  • Aprender a poner nombre a cómo nos sentimos, aceptar que es una situación transitoria con una función determinada, manejarla y dejarla ir nos ayudará a disfrutar mucho más de nuestro deporte favorito.

Por Irene Velasco Pérez

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