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Síndrome del Impostor: exigencia, incompetencia e insuficiencia

Todos hemos sentido en algún momento que al comenzar una nueva etapa no seremos capaces de ponernos a la altura de nuestras expectativas o de las de los demás o que al empezar en un nuevo equipo no queremos defraudar al resto de compañeros a la hora de jugar un partido pero estos sentimientos habitualmente son pasajeros y cuando llevamos un tiempo en esa nueva posición somos capaces de dar lo mejor de nosotros mismos y esas sensaciones se van evaporando, sin embargo, hay algunas personas que tras este tiempo de acomodación siguen teniendo sentimientos y pensamientos de incapacidad o insuficiencia, estas personas pueden estar sufriendo el Síndrome del Impostor.

El Síndrome del Impostor se ha empezado a estudiar muy recientemente y por ello no existe mucha información sobre sus causas, la influencia del sexo, el porcentaje de la población que lo presenta o si es más común entre deportistas.

¿Qué es el Síndrome del Impostor?

El Síndrome del Impostor es un fenómeno psicológico característico de personas que ante éxitos o logros los rechazan como suyos, tienen dudas sobre sí mismos y sus capacidades y tienen miedo de ser destapados como fraudes o mentirosos (Bravata et al, 2020). ¿Cuáles son los signos de que alguien tiene el Síndrome del Impostor? (Mak et al, 2019 y Cuncic, 2021):

  • Sentimientos de incapacidad, incompetencia e insuficiencia.
  • Dificultades para atribuir sus logros a sus habilidades.
  • Incapacidad para evaluar sus capacidades de forma realista.
  • Creen que el resto de individuos tiene una visión exagerada de sus habilidades.
  • Rechazan los elogios.
  • Atribuyen sus éxitos a factores externos en lugar de a la propia capacidad.
  • Se ven incapaces de volver a lograr lo que consiguieron con anterioridad.
  • Son muy autocríticos, recriminan su actuación y autosabotean sus éxitos.
  • Sienten miedo de no estar a la altura de sus propias expectativas o de las de los demás.
  • Dudan continuamente sobre sí mismos.
  • Establecen objetivos muy exigentes y se sienten decepcionados cuando no los alcanzan.

No se han encontrado datos concluyentes sobre la proporción exacta de personas que lo presenta pero sí que se ha visto que afecta a un número elevado de la población (Bravata et al, 2020). Con respecto al sexo que se ve más afectado se han encontrado resultados distintos, algunos estudios hallan que hay más mujeres que lo presentan (Cokley et al, 2015; Cusack et al, 2013; Ghorbanshirodi, 2012 en Bravata et al, 2020), en cambio, otras investigaciones no encuentran diferencias entre hombres y mujeres (Austin et al, 2009; Cokley et al, 2013 en Bravata et al, 2020). Asimismo, los resultados con respecto al efecto de la edad también son contrarios, algunos estudios encuentran que a medida que aumenta la edad de los sujetos disminuye el número de personas que lo presentan (Chae et al, 1995; Thompson et al, 1998 en Bravata et al, 2020), sin embargo, otros estudios no hallan diferencias en función de la edad (Lester & Moderski, 1995; Oriel et al, 2004; Want & Kleitman, 2006 en Bravata et al, 2020).

Lo que se puede concluir de los datos anteriores es que es un problema que afecta a un gran porcentaje de la población, que se da tanto en hombres como en mujeres y que no es un fenómeno que aparezca en una sola franja de edad.

¿Qué causa el Síndrome del Impostor?

Cuncic (2021) realizó una lista de los factores que pueden causar la aparición y desarrollo del Síndrome del Impostor.

  • Tipo de crianza. Un estilo de crianza caracterizado por un excesivo control o sobreprotección puede aumentar su aparición ya que se generan expectativas difíciles o imposibles de cumplir, se aumentan los niveles de ansiedad y afecta también a la autoestima.
  • Nuevos roles o etapas. Comenzar nuevos ciclos en la vida puede generar el desarrollo de este fenómeno ya que se puede creer que no se es digno de comenzar en un nuevo puesto de trabajo o en la universidad, por ejemplo.
  • Personalidad. Personas excesivamente exigentes, perfeccionistas, con baja autoestima o autoeficacia tienen más probabilidad de desarrollarlo ya que, de forma similar al tipo de crianza, se generan unos objetivos poco realistas y difíciles de cumplir, incrementa los niveles de ansiedad y cualquier error puede hacer que se cumpla la predicción de que son un fraude.
  • Ansiedad social. La presencia de síntomas relacionados con la ansiedad social puede generar pensamientos de no pertenencia a un grupo o a un lugar de trabajo. Aunque no todas las personas con Síndrome del Impostor tienen ansiedad social y viceversa.

¿Qué provoca en las personas?

Evaluar nuestras capacidades o establecer objetivos exigentes puede generar motivación en ciertas personas, sin embargo, para muchas otras puede ser el detonante que produzca la aparición de ansiedad o un agravamiento de la misma así como sentimientos de incapacidad o insuficiencia, también genera una necesidad de trabajar aún más duro y sin descanso para que el resto de personas no descubran que es un fraude lo que provocaría la aparición de síntomas compatibles con el Síndrome del Impostor (Cuncic, 2021).

Lo más destacable de este fenómeno es que por mucho que se consigan logros esto no cambia los pensamientos hacia uno mismo. Es decir, un deportista puede ganar un oro en unas olimpiadas y aún así seguir creyendo que no es lo suficientemente bueno para estar ahí, que ha ganado por pura suerte. ‘’Cuanto más se consigue, más se siente como un fraude’’ (Cuncic, 2021).

¿Existe algún caso entre los deportistas?

No se conocen muchos casos de deportistas que hayan expresado abiertamente que padecen el Síndrome del Impostor, esto quizá puede deberse a que no es un fenómeno muy conocido ni muy estudiado, no obstante, en las Olimpiadas de Tokio 2020 el atleta británico Alex Yee comentó en una entrevista que ‘’cuando empezó a competir en triatlón sufría de una forma leve de síndrome del impostor», también expresó que tenía problemas de autoestima. Además, explicó que no sentía que fuese suficientemente bueno como para estar en la línea de salida. No obstante, a pesar de ser sus primeros juegos, consiguió una medalla de oro y otra de plata.

En conclusión, el Síndrome del Impostor es un conjunto de síntomas caracterizados por el rechazo de los propios logros, sentimientos de incompetencia e insuficiencia y la atribución de los éxitos a la suerte o a factores externos de forma continuada. Aún no existe una gran información sobre el mismo pero se sabe que ciertos estilos de crianza, el comienzo de nuevas etapas vitales o roles, algunos rasgos de personalidad o tener ansiedad social pueden participar en su aparición o agravar los síntomas.

Por Irene Velasco Pérez

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