En el contexto académico español, tal y como se conoce hoy, la formación que se proporciona al alumnado para entender las materias, se aborda normalmente, desde una perspectiva histórica. Cierto es que, para entender, o bien, el funcionamiento de un teorema, una técnica, una teoría, etc; o bien, el marco teórico actual de aquello que se esté estudiando; es necesario conocer las causas y la raíz de la que parte o de la que surge. A pesar de que es fundamental partir de este origen, lo que ocurre en este sentido, es que la mayoría de los referentes y figuras potencialmente inspiradoras para los alumnos son fundadores o especialistas muy representativos en la materia, pero son menos las ocasiones en las que se utilizan profesionales activos y ejerciendo actualmente en su labor con una visión en la que se tenga en cuenta el panorama actual de aquello que se esté estudiando, lo que podría resultar en algunos aspectos, poco práctico o aplicable al contexto actual.
Además, por lo general, estas personas suelen encontrarse fuera del alcance comunicativo de los alumnos; y de no ser así, tampoco se proporciona ningún espacio para que alumnos y docentes (o referentes), puedan interactuar y retroalimentarse entre sí; lo que hace que se establezca de forma natural una serie de relaciones jerarquizadas en las que le aprendizaje es unidireccional, y no existe ningún intercambio recíproco.
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Referentes y relaciones jerárquicas en las danzas urbanas
Algo similar ocurriría en las danzas académicas, al formar parte de una institución que comparte un método parecido de enseñanza que el Sistema Educativo formal. Por un lado, las referencias más cercanas de las que disponen, son los propios docentes de la disciplina, con los que tampoco tienen ningún tipo de espacio comunicativo reglado por el sistema. Por otro lado, tampoco se potencia la idea de que los propios compañeros son también grandes figuras de inspiración, sino que la relación entre alumnos forma parte de un sistema individualista basado en la competitividad en la que los alumnos tienen un rol bastante pasivo respecto a la enseñanza equitativa.
Sin embargo, aunque las relaciones jerárquicas en las danzas urbanas no son inexistentes, el sistema al que pertenece la educación de estas disciplinas, forman parte de un marco mucho más comunitario, ya que a pesar de que la clase sea impartida y guiada por un docente, el alumno tiene un rol mucho más activo en el que necesariamente tiene que aportar de forma activa a la clase y, por consiguiente, al grupo. De este modo, todos ofrecen y reciben algo, por lo que aprenden a la vez que enseñan. Además, es bastante frecuente que en el espacio del entrenamiento fuera del estudio (lo que se equivaldría al momento de estudiar en casa lo impartido en clase), alumnos y docentes compartan en el mismo contexto, sin establecer una separación entre diferencia de experiencia, nivel o conocimientos, lo que hace que todos crezcan y construyan juntos. En el Sistema académico, los docentes, por ejemplo, no acompañan a sus alumnos a la hora de estudiar. Los alumnos no ven como sus profesores estudian ni tienen la oportunidad de aprender de ello; ni los profesores conocen otras formas de estudio o ven la aplicabilidad en diferentes alumnos de los conocimientos que imparten, para así saber qué funciona y qué no.
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Educación y aprendizaje
Lo que aporta esto al desarrollo de todos los que pertenezcan a este sistema, es un marco mucho más amplio de inspiración y, por consecuencia, de aprendizaje. Además, también es, para la asignatura que se esté estudiando, ya sea Historia, Técnica de barra o Party Step, un crecimiento constante en el que cabe la reflexión y subjetividad de los estudiantes constantemente, ya que la interacción ayuda al enriquecimiento de diferentes puntos de vista a cerca de un mismo tema, y si no se le da espacio a esta puesta en común de ideas, es mucho más difícil contribuir, durante el período escolar, a la investigación de temas que para el alumnado puedan resultar interesantes.
Por Alba Salado