Hayas estudiado o no el Grado de Psicología, seguro que eres capaz de recordar el nombre de algún celebre psicólogo; Sigmund Freud, Wilhelm Wund, William James, Piaget, Bandura… Sin embargo, ¿eres capaz de recordar el nombre de alguna psicóloga con la misma facilidad?
A pesar de que se trata de una carrera altamente feminizada, pues actualmente un 75% de los estudiantes de este grado son mujeres, la mayoría de los conocimientos que se adquieren en él están relacionados con aportaciones realizadas por figuras masculinas.
En este contexto cabe destacar el “Efecto Matilda”, que se caracteriza por la invisibilidad que han experimentado las mujeres en el ámbito de la Ciencia a lo largo de la historia. En este sentido, resulta fundamental que recuperemos las numerosas figuras perdidas, no solo por justicia, sino para crear modelos y referentes con el objetivo de cambiar la percepción o estereotipo que pueden tener las niñas sobre el científico típico.
Los estereotipos que hay acerca del papel que juegan las mujeres en la ciencia siguen estando patentes, y así parece reflejarlo los datos; a nivel global, solo un tercio de los investigadores son mujeres , y solo el 3% del Nobel en Ciencia ha sido otorgado a mujeres.
En este sentido parece que las mujeres de nuestro ámbito también han sido víctimas de este efecto. Por ello, y para empezar a combatir el impacto del Efecto Matilda, te invito a conocer a algunas de las figuras femeninas olvidadas por la psicología y sus aportaciones.
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Efecto Matilda: mujeres olvidadas por la Ciencia de la Psicología
La primera de ellas es Frieda Froom Riechman. Frieda nació en Alemania, estudió medicina y Neurología y pronto se interesó en afecciones que no tenían base orgánica, orientándose hacia el Psicoanálisis. Posteriormente, se trasladó a Estados Unidos, donde atendió durante más de 22 años en la clínica Chesnut Lodge, donde se convirtió en pionera al tratar a pacientes psicóticos bajo el método psicoanalítico.
La segunda de ellas, Sabina Spielrein fue una psiquiatra y psicoanalista rusa. Fue pionera en la historia del psicoanálisis, siendo su principal aporte teórico la elaboración del concepto de “pulsión destructiva y sádica”. Sus trabajos fueron anteriores a los de Freud, quién incluso se basó en sus teorías, sin embargo, las aulas universitarias parecen no hacerse eco de sus aportaciones.
Estas dos psicólogas tienen algo en común; sus aportaciones fueron tiempo después retomadas por hombres que consiguieron el prestigio, en cierta medida por sus planteamientos, sin que ellas obtuvieses el crédito merecido. En este sentido, Sabina elaboró un trabajo conocido como “La destrucción como causa del nacimiento”, trabajo que fue el cimiento sobre el que Freud elaboró su teoría sobre la pulsión de vida y muerte, que dio un gran giro al psicoanálisis. Por su parte, Frieda destacó por su trabajo con pacientes con esquizofrenia, lo que le llevó a realizar planteamientos sobre el tipo de comunicación en las familias, idea que fue retomada por Waslavick para la elaboración del concepto de “homeostasis familiar”, actualmente esencial en la terapia basada en sistemas.
Por otro lado, cabe destacar a Brenda Milner, considerada como la fundadora de la Neuropsicología, y uno de los referentes más importantes en el estudio de la memoria. Conocida por el caso del paciente H.M, a través del cual demostró que se pueden aprender nuevas habilidades de manera efectiva a pesar de no tener ningún recuerdo de haberlo hecho con anterioridad.
Mary Whiton Calkins fue la primera psicóloga mujer en convertirse en presidenta de la Asociación Americana de Psicología (APA). Se convirtió en un referente en el desarrollo de la psicología temprana, concretamente en la psicología del Yo. No cabe duda de que su recorrido fue duro; en esa época las mujeres no podían estudiar psicología, por lo que hubo disputas a la hora de concederle el título.
En el ámbito de la psicología evolutiva, destaca la figura de Leda Cosmides. Pionera en este campo, su libro “The Adapted Mind” es reconocido como uno de los más importantes del momento en su ámbito, tanto por establecer las bases teóricas en las que se ha centrado la psicología evolutiva, como por su importancia en el ámbito aplicado.
Aunque su padre es conocido en todo el mundo, quizá su nombre no te resulte tan conocido; Anna Freud. Sus aportaciones no tienen nada que envidiar a las de su padre; fue pionera en el campo del psicoanálisis infantil y se interesó por los problemas de comunicación entre terapeutas. Además, sus aportaciones y conocimientos se vieron plasmados en su obra “El yo y los mecanismos de defensa”, que se ha convertido en un clásico del psicoanálisis. Igual que en otras disciplinas, todas estas mujeres tuvieron que luchar para hacer frente a la discriminación y a los obstáculos que la sociedad les imponía.
Mi objetivo con este artículo no es otro que el reconocimiento al trabajo de todas estas mujeres, dándoles visibilidad para que puedan servir de referentes, tanto a esta, como a futuras generaciones.
Por Noelia Bermúdez