Con el paso del tiempo, el deporte ha ido descubriendo que debía mejorar en muchos aspectos que antes ni siquiera importaban, como la nutrición, hasta tal punto que parece que no puedes ser deportista si no contralas las calorías que comes. Aun así, antes también se comía, pero sin ningún control, algo que ocurre actualmente con la imaginación. Todos los deportistas se imaginan jugadas y acciones en las que aciertan o fallan en la próxima competencia, sin embargo, la utilizan sin ningún control porque al igual que ocurría con la nutrición hace unos años, la mayoría desconoce la importancia que tiene la visualización en el rendimiento.
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¿En qué consiste la visualización?
La visualización es una técnica que utiliza la imaginación como herramienta principal, y, a pesar de que todo deportista sabe utilizarla, esto no es suficiente, sino que es necesario seguir unas pautas concretas que permitan exponer al deportista en una situación relevante de la práctica deportiva, siempre de una manera controlada. Cuando el deportista tiene en mente la situación en la que se encontraría o la acción que quiere realizar, por ejemplo, lanzar un penalti, debe imaginarla con el mayor número de detalles posible, imaginando todo el entorno y empleando todos sus sentidos, no solo la visión. Es muy importante que el deportista se encuentre relajado, concentrado en la tarea y con el control total de la acción que imagina, la cual siempre debe tener éxito. Además, dependiendo de la acción, el deportista puede emplear una perspectiva de sí mismo cuando se trata de mejorar la técnica de un movimiento concreto o emplear una perspectiva externa, por ejemplo, desde la grada, cuando es una acción más global. También debe aprender a manejar la velocidad del tiempo según las necesidades de la acción. Con todo esto en cuenta el deportista puede emplear esta técnica con éxito.
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¿Para qué realizamos la visualización?
Esta técnica nos ayuda a prepararnos mentalmente para una competición, ya que imaginar cómo tenemos éxito en un movimiento concreto mejora nuestra confianza y concentración, ya que también podemos imaginar situaciones donde las cosas no salen como queremos, pero no perdemos la concentración y controlamos nuestras respuestas emocionales. Además, reduce el estrés que tenemos tanto antes de la competición como en el momento de decidir realizar esa acción, sirve como entrenamiento, incluso segundos antes de la práctica deportiva y contribuye al proceso de recuperación de una lesión.
Sin embargo, la visualización también presenta algunos inconvenientes para llevarse a cabo. Es una técnica que requiere de mucho entrenamiento para poder realizarla de forma correcta, como también requiere de mucha concentración por lo que no se recomienda que dure más de un par de minutos, y, además, requiere un buen conocimiento tanto técnico como táctico de la acción que queremos mejorar, por lo que no es recomendable practicarla con principiantes o niños. Aún con todo esto, es una técnica perfecta para mejorar el rendimiento, y, sobre todo, para que la imaginación del deportista no tenga un efecto negativo, sino todo lo contrario.
Por Vicente Rodríguez Romero-Nivea