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Relación entre la impulsividad y la toma de decisiones

¿Existe alguna relación entre la impulsividad y la toma de decisiones? Es decir, ¿una persona que sea denominada impulsiva tiene problemas para tomar decisiones, las toma de una forma irreflexiva y apresurada?

La toma de decisiones es una capacidad humana que puede verse afectada por múltiples factores entre los más conocidos se encuentran los efectos depresores del alcohol o los efectos estimulantes de otras drogas, el estado de ánimo o si se toman de forma individual o colectiva, sin embargo, también se han estudiado las consecuencias de otras variables como la edad del individuo, la presencia de otro trastorno o la impulsividad.

En primer lugar, comentaremos qué es la impulsividad, si afecta a la toma de decisiones, si existen diferencias en los niveles de impulsividad dependiendo de la edad de los individuos y qué sucede cuando la impulsividad se presenta con algún trastorno.

¿Qué es la impulsividad?

Desde un punto de vista común, se describe a una persona impulsiva como aquella que es incapaz de controlar sus impulsos o sus acciones (Vázquez-Moreno, 2022). Desde el punto de vista de la psicología, se han dado diferentes definiciones. Una primera se centra en comportamientos del individuo como la de Correa et al (2010 en Vázquez-Moreno, 2022) y Fallgatter & Herrmann (2001, en Vázquez-Moreno, 2022) que expresan la impulsividad como la incapacidad de inhibir acciones y controlar la conducta. Por otro lado, se han dado definiciones haciendo hincapié en otras características, como la dificultad para aplazar la recompensa y gestionar las emociones o la incapacidad para evaluar el paso del tiempo (Martin et al., 2010 en Vázquez-Moreno, 2022). Finalmente, el Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, expresa la impulsividad como un rasgo característico de ciertos trastornos como el TDAH, algunos trastornos de personalidad, el trastorno bipolar, en el juego patológico y en los trastornos de abuso del alcohol y otras sustancias (Vázquez-Moreno, 2022) y también la describe como un rasgo de la personalidad aunque no necesariamente se le describe negativamente.

Pero, ¿cómo podemos definir realmente la impulsividad? La impulsividad es un rasgo de la personalidad que se caracteriza por una falta de control de las acciones, es decir, es la incapacidad de dominar la propia conducta, lo que puede llevar a respuestas rápidas e irreflexivas ante situaciones cotidianas que requieren de un cierto nivel de análisis.

¿Qué se sabe sobre impulsividad?

Dekkers & Scheres (2022) investigaron sobre la demora de recompensas y encontraron que la impulsividad es un rasgo que interfiere en este proceso, es decir, las personas que presentan este atributo prefieren las recompensas inmediatas en lugar de las demoradas.

También se ha investigado qué papel desempeña la edad en los niveles de impulsividad y se han encontrado resultados diferentes, algunos estudios concluyen que los niños tienen respuestas más impulsivas que los adolescentes o los jóvenes adultos (de Water et al, 2017 en Dekkers & Scheres, 2022 y Olson et al, 2007 en Dekkers & Scheres, 2022), ya que la infancia es una etapa en la que comienzan a desarrollarse las capacidades mentales encargadas de la toma de decisiones o la planificación. En cambio, otros autores han hallado que los adolescentes son más impulsivos que los niños y los jóvenes adultos (Crone & Dahl, 2012 en Dekkers & Scheres, 2022) puesto que la adolescencia es un periodo de toma de riesgos, búsqueda de sensaciones y consumo de sustancias, además, todavía hay algunas áreas cerebrales que se están desarrollando, precisamente aquellas encargadas del control de impulsos y la toma de decisiones (Caña et al, 2015).

Por tanto, dado que se han encontrado resultados opuestos, no se puede concluir aún si la edad es un factor que influye en los niveles de impulsividad y en qué periodo se es más impulsivo.

Por otro lado, se ha investigado la influencia de otros trastornos en los niveles de impulsividad y entre ellos Dekkers & Scheres (2022) averiguaron que las personas con TDAH presentaban mayores índices de impulsividad que la población general y ésto afectaba a la toma de decisiones y otras capacidades mentales.

¿Qué competencias se ven afectadas?

Algunos estudios han investigado cómo influye la impulsividad en las capacidades mentales y se ha encontrado una relación negativa con las funciones ejecutivas que son son ‘’un conjunto de habilidades que hacen posible la regulación de la conducta orientada a objetivos’’ (Vázquez-Moreno, 2022), es decir, son una serie de procesos mentales encargados de la planificación, organización y evaluación de nuestra conducta orientada a adaptarnos al entorno y la obtención de objetivos. La impulsividad puede generar un déficit en estas habilidades. Entonces ¿cuáles son los problemas que provoca la impulsividad?

En primer lugar, la impulsividad afecta a la memoria de trabajo que es una capacidad que se encarga de conservar y manejar información mientras se realiza cualquier tipo de tarea mental (Vázquez-Moreno, 2022), este rasgo obstaculiza la planificación y manipulación de información mientras realizamos una tarea.

El control inhibitorio también se ve perjudicado por la impulsividad. Éste nos permite seleccionar o eliminar respuestas innecesarias o inadecuadas a la vez que nos posibilita focalizar nuestra atención en estímulos internos o externos y planificar acciones (Vázquez-Moreno, 2022). La impulsividad dificulta que se generen respuestas de forma reflexiva, impide que se evalúen adecuadamente las situaciones y afecta al mantenimiento de la atención (Vázquez-Moreno, 2022).

Finalmente, afecta a la toma de decisiones que es una capacidad necesaria para la planificación y selección de objetivos así como en la elección de múltiples alternativas las cuales pueden ser igual de placenteras o displacenteras y con resultados inciertos o conocidos (Caña et al, 2015). En otras palabras, es el proceso encargado de la selección y planificación de metas en diferentes situaciones.

En conclusión, la impulsividad es un rasgo de la personalidad que obstaculiza el control adecuado de las acciones así como la reflexión ante situaciones que requieren analizar todas las opciones. Además, afecta a ciertas capacidades como la toma de decisiones, la memoria de trabajo y el control inhibitorio aunque principalmente a la toma de decisiones, la presencia de este rasgo dificulta la planificación, genera problemas de memoria, impide la correcta focalización de la atención y la evaluación de las consecuencias de los propios actos así como de las situaciones en las que se encuentran las personas y finalmente imposibilita la toma reflexiva de decisiones.

Por Irene Velasco Pérez

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