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Supresión emocional: ¿sé expresar lo que siento?

Las situaciones del día a día nos generan una serie de sensaciones físicas y mentales que requieren un cierto grado de análisis y expresión emocional, sin embargo, ciertas circunstancias requerirán que anulemos esa manifestación ya que no es adecuada, como puede ser en el puesto de trabajo.

Hasta cierto punto esto no genera ningún inconveniente, el problema aparece cuando esta exteriorización es anulada por la persona en todo momento sin importar dónde se encuentra, como sucede cuando se padece supresión emocional.

¿Qué son las emociones?

Las emociones son procesos psicológicos que se presentan ante estímulos tanto internos como externos y que permiten que nos adaptemos y respondamos correctamente ante el medio (Alonso García, 2016). En otras palabras, las emociones son mecanismos mentales que nos permiten adaptarnos al entorno, comunicarnos y relacionarnos con otras personas nos motivan a actuar. Asimismo, todas las emociones presentan una serie de características:

  1. Son involuntarias. No elegimos cómo nos sentimos o qué emoción aparece la misma se da de forma inconsciente.
  2. Son universales. Todos los seres humanos son capaces de sentirlas.
  3. Son transitorias. Aparecen durante un tiempo determinado, una vez finalizado desaparecen.
  4. Pueden ser agradables o desagradables.
  5. Son innatas. No las aprendemos.

Emociones básicas

Finalmente, ¿qué emociones existen? Las emociones básicas son un total de seis y la combinación de las mismas genera las emociones secundarias o complejas (Alonso García, 2016).

  1. Alegría. Aparece cuando estamos viviendo una situación favorable, importante para la creación de vínculos interpersonales, además, es necesaria para la repetición de conductas.
  2. Tristeza. Se produce ante acontecimientos desagradables o pérdidas, ésta nos permite reflexionar y analizar la situación así como generar cambios.
  3. Enfado o ira. Se da cuando sentimos que nuestros derechos han sido vulnerados o cuando una situación no sale como esperamos, su función es la autoprotección y la propia defensa.
  4. Asco. Esta emoción aparece ante estímulos aversivos y que generan repulsión, ya sean externos o internos, y nos ayuda a alejarnos de los mismos.
  5. Sorpresa. Es una emoción que produce inquietud y alarma; permite explorar y dirigir nuestra atención hacia el estímulo.
  6. Miedo. Se produce cuando una situación es percibida como amenazante, de forma similar al enfado, nos posibilita protegernos y huir.

¿Qué es la supresión expresiva?

Una vez que ya sabemos qué son las emociones y cuáles son sus funciones, es importante saber qué papel cumplen en el mecanismo de supresión emocional.

La Supresión Emocional es un fenómeno psicológico caracterizado por la no expresión de las emociones, es decir, las personas son capaces de sentir emociones pero no se permiten o no saben externalizarlas (Lajarin, 2021). No expresar una emoción cuando se está sintiendo puedo acarrear algunas consecuencias negativas como:

  1. Se deterioran las relaciones sociales que tenemos ya que para generar vínculos con otras personas es indispensable una buena comunicación.
  2. No aprendemos a gestionar y a identificar correctamente las emociones y por tanto perdemos el control sobre las mismas.

Pero, ¿por qué aparece la Supresión Emocional? ¿qué causa que haya personas que no expresen lo que sienten? (Gross et al, 2019).

  1. Historia de aprendizaje. Algunos estudios han encontrado que existe relación entre la aparición de este fenómeno y una historia de aprendizaje, es decir, algunos niños que han aprendido, ya sea en casa o en el colegio, que expresar sus emociones es algo negativo y debe ser censurado tienen más probabilidad de desarrollar este mecanismo.
  2. Aspectos culturales. Los seres humanos somos seres sociales y en nuestro aprendizaje influye considerablemente el contexto en el que nos criamos, y en eso tiene un gran papel la cultura, ésta será la que imponga unas normas sobre cómo se debe actuar en cada situación y cuándo es aceptable o inaceptable expresar una emoción u otra.
  3. Tipos de crianza. Como se ha visto en el punto de ‘’historia de aprendizaje’’ la educación que den los padres con respecto a las emociones será clave para su gestión y expresión. Los padres deben enseñar procesos de regulación de emociones, manifestar lo que están sintiendo y llegar a una conclusión delante de ellos permitirá que los niños aprendan que las emociones son pasajeras, manejables y normales.
  4. Relaciones sociales. Los vínculos que tengamos con nuestros compañeros y amigos puede potenciar o disminuir la facilidad con la que expresamos las emociones. Si un niño siente que sus amigos se ríen de él cada vez que manifiesta una emoción en concreto es probable que para encajar en el grupo tienda a no mostrarla y aprenda que su expresión debe ser censurada.
  5. Diferencias individuales. Se han estudiado las diferencias de temperamento, personalidad y género. Se ha encontrado que aquellos niños con un tipo de temperamento y personalidad caracterizada por una mayor neuroticismo suprimen más las emociones, también una personalidad más inflexible lleva a desarrollar supresión emocional. En cuanto a los roles de género se han hallado resultados contrarios, algunos estudios encuentran que el género femenino suprime las emociones más que el masculino y otros estudios no encuentran diferencias considerables por lo que se descarta que el género influya en su desarrollo.

¿Cómo aprender a expresar las emociones?

  1. Ambiente seguro. Generar un lugar donde sea posible hablar con otras personas (ya sean nuestros padres, amigos o conocidos) sobre lo que estamos sintiendo sin juzgarlo ayudará a que se aprenda a nombrar y gestionar las emociones.
  2. Diario de emociones. Realizar una tabla o un diario (cuando no sea posible hablar con otras personas) puede ayudarnos a reconocer y a aprender sobre nuestras emociones. Este diario puede contener entradas como »¿qué sensaciones físicas tengo?» »¿qué sensaciones mentales detecto?» »¿es un sentimiento agradable o desagradable?» »¿en qué momento ha aparecido?» »¿qué puedo hacer ante ello?» etc.
  3. Meditación. Encontrar momentos de soledad y tranquilidad, donde se dediquen unos minutos a aceptar, no juzgar y permitirse pensar sobre lo que se está sintiendo nos enseñará a ver las emociones como procesos transitorios con una función.
  4. Educar sobre emociones. Tanto en casa como en las escuelas, se debe enseñar a los más pequeños qué son las emociones, qué función tienen y cómo manejarlas.

Por Irene Velasco Pérez

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