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¿Qué tengo que tener en cuenta a la hora de practicar sexting?

En estos días de confinamiento provocados por la pandemia del Covid-19, muchas parejas se han visto obligadas a pasar la cuarentena separadas, bien porque no viven juntas o bien porque una de ellas está infectada por el virus y debe pasar la cuarentena aislado o aislada. Una de las cosas que más puede echar de menos una pareja en estas circunstancias, como es comprensible, es la oportunidad de tener sexo. Sin embargo, el hecho de tener que pasar la cuarentena en lugares diferentes no significa que no podáis satisfaceros sexualmente. En tiempos de coronavirus o no, las nuevas tecnologías, aunque a veces un arma de doble filo, también nos proporcionan numerosas ventajas. Una de ellas es la herramienta del sexting o mandar contenido erótico personal a alguien con la intención de pasar un buen rato entre los dos.

¿Qué es el sexting?

Lo primero de todo, tenemos que conocer de qué hablamos cuando hablamos de sexting. Como fácilmente se puede deducir la palabra “sexting” viene de la unión de dos términos. El primer término es “sex”, que se refiere a sexo a la expresión de una práctica erótica; el segundo, “texting”, se refiere al hecho de enviar textos, mensajes, comentarios, etc.

Con todo, la práctica del sexting consiste en enviar (por privado) imágenes o frases provocativas, atractivas, eróticas, en definitiva, con contenido sexual desde un dispositivo electrónico, en la mayoría de los casos desde nuestros smartphones. El objetivo del sexting no es (y nunca será) difundir este contenido entre nuestras amistades o conocidos (ya que hacerlo supone un delito), sino únicamente pasarlo bien y satisfacerse sexualmente con tu pareja, ya no únicamente porque la distancia lo impida sino como una práctica sexual más.

4 Consejos para hacer sexting

Sin embargo, a la hora de hacer sexting, al ser una práctica relativamente novedosa, que viene con la llegada de las nuevas tecnologías, existen algunas precauciones y condiciones que debemos tener en cuenta y que te contamos a continuación:

1. Si quieres hacerlo, está bien

Como venimos diciendo el sexting es una práctica erótica más, no es ni mejor ni peor que otras. No obstante, la decisión debe ser tuya y no de presiones sociales o etiquetas. Si alguien te propone hacer sexting, la primera pregunta que has de hacerte es si realmente te apetece. Si eres la persona que lo pide y ves que tienes que insistir, esa persona no quiere hacer sexting contigo. El consentimiento es fundamental y sus reglas siguen en pie, por lo tanto, hay que respetar el “no” de la otra parte. Por otro lado, apetecer no significa complacer a la persona que te lo está pidiendo. Si, por el contrario, eres a la que se lo están pidiendo recuerda que si a la otra persona le importas y te respeta, entenderá que no te sientes cómoda o cómodo.

2. Evita que se te vea la cara y mándaselo solo a personas de confianza

La cara, ni nada que permita que se te identifique, como un lunar o un tatuaje. Esto te asegurará de que en caso de que la otra persona lo difunda tu intimidad siga, en la medida de lo posible, intacta. También es importante que lo que envíes se lo mandes solo a personas que ya conozcas. En algunos casos, la idea de hacer sexting con desconocidos puede resultar muy excitante, sin embargo, recuerda que no sabes quién está al otro lado de la pantalla y si es quien dice ser. Por eso, si envías fotos de tu cuerpo es mejor que lo hagas con quien ya conoces y que sepas que no te va a traicionar.

3. Utiliza aplicaciones que sean seguras

Otra forma de garantizarte a ti misma la privacidad es practicar el sexting a través de aplicaciones seguras, que estén encriptadas (por ejemplo, Telegram) o aquellas en las que la foto desaparece al cabo de unos cuantos segundos y te salta una notificación en caso de que la otra persona haga un pantallazo (ej.: Snapchat), porque además no se quedaría guardada en el teléfono.

4. No reenvíes lo que te manden a ti

Si eres tú quien lo recibe, respeta siempre la intimidad de quien te lo ha mandado. Esta es una condición sine qua non para que el sexting sea una forma más de tener sexo y no una violación de los derechos humanos. Esa persona te lo ha mandado a ti y solo a ti. No tienes derecho a reenviarlo ni a publicarlo. De hecho, publicar contenido sexual o difundirlo por redes es delito y está penado por la ley con varios años de cárcel. Igualmente, si tú recibes contenido erótico que no era para ti, lo que debes hacer es detener esa cadena, comunicar que es un delito y no reenviarlo a nadie más. De lo contrario serás tan responsable como la primera persona que lo difundió.

En conclusión, el sexting es una forma más de seducir, divertirse, ligar y dar y recibir placer a nuestra o nuestras parejas sexuales. Sin embargo, a la hora de practicarlo es clave que las dos personas que lo hagan estén de acuerdo, que se respete la privacidad y conocer los riesgos y las posibles consecuencias que puede tener. Y que si se decide practicarlo que sea una decisión libre.

Por UPAD Psicología y Coaching

@upad_pc

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